Esta vez no seré salvada. Esta vez tocare fondo para luego desvanecerme.
Nadie vendrá por mi a secarme las lagrimas y a limpiarme la sangre; tampoco lo haran mis manos porque están cruelmente atadas por el lazo que propicia la impotencia de mi tristeza.
Temblara mi cuerpo hinchado de dolor. Y mi alma, me obligara a dejarme caer, impulsándome a suspirar por ultima vez.
Apreciada dama, que placentero es encontrarle por estos lares, déjeme decirle que me ha gustado mucho este sencillo pero hermoso escrito, espero poder seguir leyéndole... Buenas Lunas.
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